A estas horas estará ya escrito tanto sobre la pobreza en esta tertulia virtual que voy a permitirme hablar de la que nos rodea. No la del “cuarto Mundo” sino la pobreza de valores, de espíritu, de iniciativa. Estamos tan imbuidos en el tener en vez de ser; en evaluar nuestras vidas por lo que tenemos y no por lo que somos. Es tan triste ver como tantas personas que nos rodean luchan contra el tiempo, contra su naturaleza, contra sus propios intereses, renuncian a su equilibrio personal, a su vida familiar, a la formación, al ocio, a… todo para tener un coche tantos mil euros más caro, o ir de vacaciones a una playa más lejana. Del rico y contradictorio refranero castellano se han quedado con el “tanto tienes, tanto vales” y sólo valoran lo que se puede pagar con dinero.
¿Tendrá esto algo que ver con el éxito en nuestra comunidad de las enseñanzas privadas y concertadas? Seguro que si.
Desde el confort y el estado del bienestar estamos consiguiendo alcanzar las más altas cosas de la pobreza moral.
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