martes, 11 de noviembre de 2008

2+2= ¿7?

Cuando los defensores del ultra liberalismo explican aquello de que privatizando un servicio el ciudadano quedará satisfecho, el servicio público funcionará igual o mejor, la administración pública gastará menos y, por si fuera poco, una empresa privada ganará dinero entre medias a mi me da la impresión de que nos quieren echar las cuentas de la lechera.

Es lo que siempre he pensado cuando Esperanza Aguirre explicaba que con la gestión privada de los nuevos hospitales la Comunidad iba a ahorrar dinero, las empresas tenían una oportunidad de negocio y, además, los usuarios seguirían recibiendo la atención sanitaria gratuita a que tienen derecho. Me ha resultado siempre difícil de creer.

Y creo que los hechos me dan la razón. Que a los nueve meses de abrir el Hospital del Sureste, y tras infinidad de problemas, la unidad de ginecología se haya tenido que cerrar indica muchas cosas. Voy a fijarme sólo en dos. La primera, que no es verdad el cuento ultra liberal, que hay servicios públicos que nunca podrán ser rentables si se prestan con carácter gratuito y con parámetros de calidad europeos, entre otros la sanidad. La segunda, que afortunadamente podemos seguir confiando en la profesionalidad y responsabilidad de nuestros profesionales sanitarios.

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