Cuenten lo que nos cuenten el Partido Popular nacio de la "catarsis" de Alianza Popular, el partido que Fraga fundó para acoger a los nostálgicos del afortunadamente extinto régimen y movimiento. Cierto que se incorporaron personas procedentes de UCD, pero muchas han terminado por arrojar la toalla y abandonar el barco.
No es sólo la supervivencia de personas y apellidos; la denominación de origen se percibe sobre todo en las maneras de hacer política y gestionar lo público. El poder es suyo, las instituciones también. El orden natural y divino es que ellos gobiernen. Cuando pierden elecciones es fruto de alguna oscura conspiración. Cuando las ganan, se acabó la transparencia y a gobernar el cortijo.
Lógicamente, ellos son los que mejor se conocen entre sí. Y por eso se espían.
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